¿Por qué participar en una sesión de coaching asistido con caballos?
¿Por qué participar en una sesión de coaching
asistido con caballos?
En lugar de darles todas las razones que se me ocurren para responder a esta pregunta les voy a contar un poco acerca de mi historia y les voy a permitir sacar sus propias conclusiones.
Entré de lleno al mundo de los caballos hace ya 14 años gracias a mi esposo que en ese momento era mi novio. El es jinete, entrenador de Doma Clásica y criador de caballos para deporte. En esa época no sólo criaba caballos centroeuropeos sino que, además, criaba caballos de Tiro Pesado Belgas.
Una de mis primeras experiencias manejando a estos imponentes animales fue durante la preparación para una exhibición de la raza pues cuando comenzaron todos los preparativos yo, que sólo tenía experiencia con caballitos de finca, me vi enfrentada a estos gentiles gigantes que, aún teniendo un temperamento totalmente apacible y tranquilo, hacían conmigo lo que querían. Claramente eran ellos quienes tomaban las decisiones y me retaban con cada nueva actividad: bañarlos, cepillarlos y que me dicen de guiarlos.
Mi esposo, que ha vivido entre caballos toda su vida, me iba enseñando no sólo como hacer las cosas sino también por que ellos las hacían; y como era yo quien debía cambiar mi forma de actuar y mi energía para lograrlo. Fue así como todo comenzó y quise conocer más y más acerca de estos hermosos animales y su poder de transformarnos. Debo decirles que al poco tiempo no sólo los manejaba bastante bien o mejor, me manejaba bastante bien frente a ellos, sino que también habían cambiado mi vida.
Pero aún hay más. Paralelo a este proceso a mi esposo le ofrecieron iniciar 10 potros para que empezaran su vida deportiva y como quería aprender todo cuanto me fuera posible de este tema me ofrecí a ser su asistente. Fue con ellos (los 10 potros y mi esposo) con quienes aprendí uno de los métodos de doma natural que hoy manejo y gracias a los cuales, después de pasar por una interesante experiencia, termine siendo el primer jinete (sin saber montar) que se montaba en los caballos que el iniciaba. Ojalá pudiera describirles lo que se siente que un animal tan grande y poderoso confíe en ti y te permita montarlo por primera vez. Es una experiencia increíble!
Desde ese entonces y hasta el día de hoy he sido expositora, jinete de prueba, palafrenera y aprendiz de Doma Clásica, de Doma Natural, de etología equina y de todo lo que involucre a estos maravillosos seres que forman parte de nuestro imaginario colectivo, que simbolizan la fuerza y la vulnerabilidad al mismo tiempo, que representan la imagen de la libertad y de los horizontes infinitos donde todo es posible.
Los caballos son grandes, fuertes, poderosos y a la vez elegantes, bellos y armoniosos. Los caballos inspiran respeto y también ternura pero lo más importante es que son espejos que nos permite reflejarnos sin juzgarnos ni criticarnos para que nos transformemos en la mejor versión de quienes podemos ser.
Marcela Tapias García
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